lunes, 10 de diciembre de 2018

Abril en noviembre de 2018. Séptimo mes.


Pesas 8 kg, mides 66 cm y tienes un perímetro craneal de 44,5cm.

Un mes de nuevos espacios, nuevas rutinas y nuevos descubrimientos.

Nuestra nueva casa te ha dado la posibilidad de explotar al máximo las habilidades que más tenías desarrolladas.

Al día siguiente de cumplir seis meses empezaste a gatear como un cohete y ya nadie te ha parado. Te recorres toda la casa.

La alfombra de foam la tenemos básicamente para los juguetes porque lo que de verdad te gusta es investigar todos los rincones de la casa.

Pasas por debajo de las mesas de centro, rodeas el pilar central, nos buscas en el baño rápidamente cuando ves que hemos encendido la luz y te vuelves loca con el espejo entero de pared de la lavadora y de la entrada. Aún no sabes que es tu reflejo pero te comes a besos y a manotazos.

En el vestidor te encanta tocar los zapatos y asomarte por la ventana de la habitación para ver la palmera de la vecina. Ahora tienes vistas de árboles desde casa.

En la cocina tenemos que ir con cuidado y muy rápidos al abrir las puertas de los armarios porque te encanta cotillear lo que hay dentro.

Enchufes, cables y elementos peligrosos te atraen más que el mejor juguete del mundo. Tenemos que estar siempre alerta.

A nivel motor estás muy espabilada. Te coges de los objetos y te pones de rodillas e incluso intentas ponerte de pie con la posición de yoga de la montaña (tadasana) y trepando.

Al principio, como era una nueva postura y no sabías volver al gateo, te soltabas y ya te has pegado unos cuantos coscorrones. Ahora ya vas teniendo más claro como volver a la posición del gato.

No tengo prisa en que camines. Estoy segura de que el gateo durante una larga época te aportará muchos más beneficios que el caminar. Porque tu cuerpo aún no está preparado para estar en vertical y la libertad que te da el gateo para descubrir todo lo que te rodea te hace autosuficiente en los desplazamientos.

Hace un par de días que has aprendido a sentarte sola. Pensaba que aprenderías a sentarte y luego a gatear pero ha sido al revés.

Aún tenemos que estar pendientes de que te aguantas y no pierdes el equilibrio pero ahora ya empiezas a jugar sentada solo con el apoyo de las piernas.

Parece que el cambio de mes te ha hecho asentar todos los avances y un día antes de cumplir los 7 meses has aprendido a pronunciar la sílaba “pa”. Te pasas el día diciendo papá y mamá.

Papá esta de excedencia con lo que te has habituado a dormirte con él y sus rutinas. Estoy alucinada porque te lleva a tu habitación, te canta un poco al brazo y enseguida estás durmiendo.

Por el día te duerme papá y por la noche mamá.

Es un lujo poder hacer las comidas los tres juntos y ha sido todo un acierto ofrecerte (que no introducirte, introducir se introducen los supositorios, como dice Julio Basulto) la comida con el método BLW, que no es más que seguir con la alimentación a demanda pero con sólidos.

Durante este mes te hemos ofrecido y te has comido de buen gusto, aguacate, plátano, manzana al microondas, boniato, pera, caqui, kiwi, calabaza y la estrella de las frutas; la naranja.

Te encanta comerte los gajos enteros.

También has comido tomate, pan sin sal, huevo, avena, aceite de oliva y arroz.

A partir de ahora introduciremos más verduras y proteínas animales.

Es una maravilla que seas autosuficiente, que no tengamos que estar dándote la comida, que experimentes con las texturas, que te autorregules el apetito y que vayas descubriendo los sabores, los colores y los aromas de la comida tal cual es.

Y no manchas tanto como pensaba…  En un mes que llevas ya vas oponiendo el pulgar y el índice para coger los alimentos y los objetos más pequeños.

La casa la tenemos prácticamente terminada. A falta de decoraciones, cortinas y la parte de jardín, estamos totalmente establecidos.

Desde que estamos aquí no has vuelto a tener moquitos. Haces tu primera dormida, de unas tres horas, en tu habitación y en tu cuna y después duermes con nosotros en la cama.

Al tener colchón nuevo y ser grande tenemos espacio para los tres y yo, ni me despierto cuando tú quieres tomar pecho. Simplemente te acercas, succionas un poco y sigues durmiendo.

Los discos absorbentes imprescindibles. La leche sigue saliéndome a chorros y, por la noche, si no tengo cuidado termino con toda la camiseta y las sábanas mojadas.

Respecto al desarrollo cognitivo, has descubierto las distancias, que nos podemos alejar, y te encanta jugar a que papá desaparece y aparece detrás de los objetos e incluso tú, taparte con la sábana y destaparte y jugar al cucú.

Mamá está encantada con volver a trabajar. A las 22h estamos todos en la cama y creo que dormimos incluso más que antes porque, aunque cojo el móvil hasta las 23 para mirar las redes sociales, casi todas las noches, antes de las 22’30 lo he tenido que dejar porque se me cierran los ojos.

Y es que sigo pensando que no hay mejor somnífero que dar pecho. Por la noche te deja en un estado de relax y somnolencia que es mejor aprovechar.

Ahora vienen las últimas semanas del primer trimestre, festivales, evaluaciones, excursiones, y actividades varias.

Pero ya se huele la navidad, las luces ya llenan las calles y, aunque aún no hace demasiado frío, en la plaza ya tenemos la churrería y apetece aprovechar las mañanas para pasear y encerrarse en casa calentitos por las tardes a jugar y leer cuentos.

Pronto terminaremos 2018.

El año en el que Abril fue mayo.

El año en el que la Navidad será Abril.




domingo, 11 de noviembre de 2018

Abril en octubre de 2018. Sexto mes.


Tantos cambios y momentos que no sé por dónde empezar.

Medio año de vida.

Seis meses de acontecimientos, de avances y de descubrimientos que nos han hecho cambiar por completo.

Tu vida y la nuestra.

Pesas 7’58kg y mides 65cm con un perímetro craneal de 43 cm.

Estás a punto de descubrir nuevos sabores, nuevas texturas y nuevas maneras de ver el mundo.
Porque empiezas a mantenerte sentada, empiezas a gatear y empiezas a establecer horarios.

Y esto ha venido a la fuerza.

Mamá ha empezado a trabajar.

Lo necesitaba.

Admiro a las madres que se cogen excedencias y dejan su vida laboral por cuidar a sus hijos.

Para mí es mucho más pesado que trabajar.

La casa se me caía encima.

Rodeada de obras, problemas con la nueva casa, cajas en los dos sitios y una dependencia mutua que no me dejaba pensar con claridad.

Volví a trabajar el día de Halloween.

Nos mudamos a nuestra nueva casa el día 3 de noviembre.

Todo a la vez.

Y ni te has inmutado.

La verdad es que alucino con lo buena que eres.

Te has quedado con la abuela hasta que papá se ha cogido la excedencia del trabajo desde el 5 hasta reyes.

Hemos podido gestionar genial el tema de las tomas de leche y seguimos con la lactancia aunque ahora de 9 a 16’30 con los momentos de alimentación establecidos a la fuerza.

Pero si no me hueles no hay problema.

Estamos llevándolo genial y, a partir del mes que viene lo complementaremos con la alimentación sólida.

Ya estamos en la nueva casa.

Tú no te acordarás de nada y para ti, esta habrá sido tu casa de siempre.

Ha sido un poco locura porque pensábamos que el día no llegaría nunca.

El alta del gas natural se nos retrasó muchísimo tiempo y al fontanero se le olvidó empalmar una tubería con lo que se nos mojó toda la talla del comedor y hubo que agujerearla… bueno, cosas de las obras. Todo se hace dos o tres veces y nunca lo dejan perfecto.

Pero qué maravilla. La casa se mantiene a 20 grados sin calefacción, todo nuevo, a nuestro gusto, hecho a medida con una luz tremenda, la cocina abierta, las habitaciones grandes… y todo en una avenida ancha, con muy poco tráfico y abetos enormes  en el centro.

Estoy a 5 minutos andando del colegio y poder ir a trabajar sin coger coche es otro de los grandes beneficios del cambio de casa.

Es pesado conciliar crianza y trabajo pero me ha hecho sentir que vuelvo a  ser yo. Vuelvo a ser Rosa Martí, con sus ideas, sus retos y sus intereses.

Estos seis meses no me encontraba. Había días que pasaban y ni me daba cuenta. Me venían a la cabeza pensamientos de nostalgia de cuando aún no habías nacido y tenía tiempo de leer, de ver una serie o simplemente de tumbarme al sofá y no hacer nada. Y lo pasaba mal. Era una lucha constante entre lo consciente, lo inconsciente, lo aprehendido y lo socialmente correcto.

Pero la rutina del trabajo, saber que estás bien con papá o con la abuela, el paulatino desapego de no depender las 24 horas de mí y ver como sonríes y te duermes en mis brazos me ha hecho devolverme las ganas de ser yo de nuevo.

No todas anhelamos ser madres y mucho menos la vida de crianza y de ama de casa.

Debería hablarse más sobre el tema. Aún sigue habiendo muchos tabúes y secretismo. Se pinta como lo mejor que te ha pasado en la vida y, puede que sí, pero también puede que el cambio radical de situación te deje tan desubicada que no te aclares ni te encuentres  a ti misma en el proceso.

Ahora acabar de arreglar todo. Pensar en nuevos proyectos en el colegio, organizar nuevos retos para la nueva tutoría que acabo de empezar, montar tu habitación. Montarte toda tu biblioteca (mamá hace dos años se volvió loca comprando libros infantiles de la editorial combel que estaban rebajadísimos y ahora creo que tienes más libros sin haberlos elegido que muchos niños tendrán en toda su vida).

Y disfrutar. Disfrutar de cerrar una etapa de seis años en Moncofa que me hizo recuperarme de la perdida de dos pilares. Que me hizo conocer la independencia y me aportó la libertad de reinvertarme a mi manera.

Disfrutar de ti. De una lactancia que espero continuar en el tiempo. De unas noches que, pese a despertarte cada dos horas no se me hacen pesadas (eso sí, a las 22h estoy en la cama). De una casa con paellero y barbacoa, de tener lavavajillas, calefacción  y un vestidor enorme.

Disfrutar de tener a papá en casa. De comer juntos. De desayunar juntos. De que vengáis a buscarme al colegio, de pasear, de verte crecer conjuntamente y de terminar de decorar nuestra casa con objetos que de verdad tengan sentido para nosotros.


Bienvenidos cambios.


Encantada de conoceros. Vamos a avanzar juntos.


Los 3.






martes, 9 de octubre de 2018

Abril en septiembre de 2018. Quinto mes


Mides 64 cm y pesas 6’97kg con un perímetro craneal de 43cm. Sigues avanzando en el percentil 50.

Empezamos curso escolar con nuevos descubrimientos y situaciones.

Papá ha vuelto al trabajo y, aunque en septiembre el horario es de 8’30 a 14’30, no estábamos acostumbradas a pasar las mañanas solas y lo hemos notado.

Durante el día duermes media hora cada dos horas (normalmente, hay días que a los 20 minutos se terminó el dulce sueño) y, muchas veces, ese ratito no da para hacer todas las cosas que me gustaría hacer.

No eres de llorar, pero te gusta que estén pendientes de ti y que estén jugando contigo en el suelo.

La manta de actividades de Tiny Love te encanta. Le hemos puesto por debajo una alfombra de foam que te regalaron tus tías las divas del pop, para protegerte un poco de los movimientos incansables de croqueta y de arrastre circular para poder alcanzar los juguetes.

Disfrutas teniendo tus trastitos en cajitas amontonados y sacándolos uno a uno. Ya controlas muy bien el agarre con las dos manos y te encanta quitarte los calcetines.

Una vez tienes el juguete elegido, te las ingenias con los brazos y la fuerza de las piernas para ponerte justo en el final de la manta para poder dar con el juguete en el suelo y oír el sonido del golpe.

Es increíble verte progresar y ver como día a día vas avanzando en el proceso de ser autónoma.

El coche se ha convertido en mano de santo. Es sentarte en la sillita y, si estás mínimamente cansada, dormirte plácidamente. Quién lo hubiera dicho hace unos meses cuando llorabas como si te mataran…

Seguimos con el ukelele. Mamá ha aprendido nuevos acordes y ya podemos tocar canciones más allá de tónica y dominante en do mayor.

La música sigue siendo lo que más te apasiona aunque ahora te embobas con la comida. Vernos comer alimentos te fascina y, esperemos sea positivo para empezar con los alimentos complementarios dentro de un mes.

Has aprendido a hacer surgir el sonido “ma” que repetido hasta la saciedad es un “mamá” constante que hace muchísima gracia.

Ahora seguimos con el sonido “p” con petorritos así que,  justo como hiciste con la “m”, supongo que lo terminarás juntando con la obertura de la boca y en breve escucharemos “papá”.

Respecto al sueño, este mes hemos tenido de todo. Semanas de 3-4 despertares y semanas de 6-8 despertares con horas en vela.

Tú con una risa de oreja a oreja y yo muerta de sueño.

Hemos pasado el cuarto salto de las semanas mágicas. El salto más largo hasta la fecha en el que empiezas a entender acontecimientos.  Los cuentos, la pelota moverse, el aparecer y desaparecer de mamá por la puerta, el movimiento de las sombras, los cinco lobitos… Cada vez tu mundo y el nuestro son más parecidos.

Tengo la cara llena de arañazos de tus dedos inspeccionándome. Y es que te corto las uñas un montón de veces pero no sé cómo lo haces que siempre me marcas. La boca y los dientes te llaman mucho la atención. Y cogerme las gafas también.

Las vacunas te dieron fiebre al día siguiente e intentamos de nuevo darte apiretal pero vomitaste varias veces así que nos pasamos a los supositorios de frebrectal. Parece ser que el elemento extraño por el culete no te da tanta molestia…

Aún no vemos que te estén saliendo los dientes pero el mordedor de “Sophie la girafe” te lo manejas a la perfección y te encanta morderme los dedos de la mano. Me haces unas cosquillas muy graciosas. Espero que no te dé por hacerlo con el pezón…

El día 31 de octubre, mamá empieza a trabajar. Habrán sido casi seis meses de aprendizaje a convivir juntas, de dudas, de momentos preciosos, de agobios y de risas.

Porque si algo me está enseñando ser madre es que tengo unas hormonas que antes debía tener anestesiadas o dormidas.

Todo eres tú al 200%.

Este mes se me ha hecho muy cuesta arriba al ver que mis compañeros empezaban curso sin mí. Que iban hasta arriba de trabajo, que iba a ser tutora de un grupo de niños nuevo que empezaría el primer trimestre con otra persona. Que el jefe de estudios tenía que serlo y hacer educación física y hacer todo el trabajo de la dirección. Que la secretaría debía matricular sola, que la red de libros requería de más ayuda, que el comedor tenía que cerrar su balance del año pasado y abrir un nuevo programa…

Y yo estaba en casa poniendo lavadoras, tocando el ukelele, cambiando paquetes y teniendo conversaciones de besugos con un bebé de 4 meses.

Y al mismo tiempo me gustaba.

Me gusta pasar ratos contigo. Me gusta que juguemos, contarte historias, cantarte, tocarte la piel tan suave que tienes y ver cómo me sonríes cuando estamos juntas.

Pero la casa me pesa mucho.

Ha habido días que el reloj no avanzaba y a mí no me había dado para hacer nada.

Y creo que me vendrá bien volver a la rutina de trabajo.

Al mismo tiempo no quiero dejarte tanto tiempo. Me da respeto el tema de estar toda la mañana sin darte pecho, (con el problema de acumulación que eso supone, veremos qué podemos hacer) y romperte la rutina que teníamos montada.

Papá se quedará contigo hasta enero.

Es una decisión que tomamos hace tiempo. Los dos estaremos tiempo contigo. Y ya te quedaras con la abuela a partir de los 8 meses.

La verdad es que supongo que notaremos el no tener ingresos paternos durante dos meses, pero tendremos  los beneficios de poder empezar los tres juntos la alimentación complementaria y que el cambio de casa no se te haga tan pesado.

Porque sí, esperemos que en breve y antes de que yo vuelva al cole, estemos ya en tu casa.
Tú no recordarás otra.

Está quedando genial. Ahora sí que hemos visto el final. A día de hoy ya estamos terminando de montar los pocos muebles que tendrá nuestro hogar y esperamos que durante esta semana de festivos podamos hacer el traslado.

Esa es otra adaptación de las que se te viene encima.

Nueva casa, mamá al cole, nuevos alimentos y nuevas rutinas.

Octubre viene cargado de novedades y acontecimientos.

Los viviremos intensamente. Eso no me cabe duda.





domingo, 9 de septiembre de 2018

Abril en agosto de 2018. Cuarto mes.


Pesas 6’64kg, mides 61cm y tienes un perímetro craneal de 42cm.

Sigues creciendo y engordando correctamente. Tus muslos son tan graciosos y regordetes que dan ganas de estar apretándolos todo el día.

Algo que me tiene alucinada son tus uñas. ¡No paran de crecer! Al principio, por miedo, solo las limábamos con un aparatito llamado “Baby Nails”, pero ahora ya me he pasado a las tijeritas porque no había manera. ¡Vamos llenos de arañazos!

Cada vez te gusta menos el gimnasio Montessori. Te aburre estar boca arriba y siempre que te dejamos a jugar en  el suelo, te giras inmediatamente para ponerte boca abajo y atrapar todo lo que tienes a tu alrededor.

Te encanta coger objetos con tus manitas y ponértelo todo en la boca. Si te interesa algo puedes incluso girar tu cuerpo 180º con pequeños movimientos de manos y piernas.

Lo que más te gusta sigue siendo la música. Escucharnos cantar siempre te saca una sonrisa. Da igual que estés llorando, que estés aburrida o medio dormida. Si nos oyes cantar se paraliza el mundo.

Nos hemos comprado nuevo ukelele. Desde que naciste, papá acompañaba las canciones y les daba un toque de ritmo y de armonía y la verdad, me dió un poco de envidia ver que yo solo cantaba.

He aprendido a tocar los acordes básicos también. Estoy encantada con el nuevo instrumento. ¡Muy buena sonoridad y muy fácil de tocar! Ahora, todas nuestras canciones tienes ritmos rasgados.

Pensaba que todos los muebles de tu habitación ya los estrenaríamos en la nueva casa pero tu crecimiento no para y la casa parece que, aunque avanza poco a poco, no sigue tu mismo percentil.

La minicuna ya no nos sirve. Aún cabes pero, durante tus dormidas no paras de dar vueltas, boca arriba, boca abajo, de lado, en diagonal… y en la minicuna el espacio era inexistente y te enfadabas y te ponías a llorar al ver que te quedabas a mitad camino en tus hazañas nocturnas.

Hemos montado la cuna grande y ahora te mueves a tus anchas.

Y lo mismo nos ha tocado hacer con el capazo del carro. Ya hemos pasado a la sillita.

El sueño… pues depende. Yo ya me he acostumbrado a despertarme, darte un poco de pecho y las dos a seguir durmiendo. La única toma que se me hace muy pesada es la de las 6-7 de la mañana. Yo seguiría durmiendo y tú ya tienes ganas de jarana mañanera hasta las 9 que sueles hacer un mini descanso de media hora.

Normalmente el patrón es binario. Dos horas de vigilia, media horita de sueño. Pero todo puede cambiar en cualquier momento.

Desde finales de agosto hasta mitad de septiembre empieza el cuarto salto hacía el mundo de los acontecimientos.

Leímos que era un salto fuerte. Se junta con la crisis de sueño y de lactancia. El sueño empieza a tener etapas más parecidas a los adultos, con micro despertares que nosotros tenemos totalmente asimilados y no nos damos cuenta y para vosotros cada micro despertar es un momento nuevo que no sabéis gestionar.

La lactancia empieza a auto regularse. Aún parezco una fuente andante cada vez que mamas pero sí que es verdad que ya no tengo los pechos hinchados como piedras en cada toma.

No cambio por nada la lactancia materna. Es muy cómodo llevar el alimento preparado en cualquier momento y lugar. Al principio es pesado. No es nada fácil. Pero ahora, que madre e hija estamos acopladas totalmente, es nuestro momento. Y sí, requiere atención plena. Mirada con mirada. Y saber que el alimento que está tomando es perfecto para las dos.

Ya puedo asegurar que no me he privado de nada este verano  aun así he seguido perdiendo peso.
El día 1, con la vuelta de papá al trabajo y con el inicio del salto en pleno auge, nos diste un susto que ha marcado el inicio de nuestro año natural.

El sábado por la noche empezó a subirte la fiebre y empezaste a vomitar toda la leche que bebías.
No eres de devolver. Ni tan siquiera esos pequeños reflujos que tienen muchos niños y que manchan los hombros de los padres.

Me asusté. No parabas de llorar. Y tú tampoco eres de llorar mucho.

La fiebre pasaba de 38º y decidimos irnos al hospital.

Llegamos con 39º de fiebre pero no te encontraron qué podría estar provocándola.

Con febrectal te bajaron la fiebre. Descubrir una alternativa no oral al apiretal fue toda una bendición.

Decidieron hacerte una analítica de orina. Problema. Para recoger la muestra tenían que pegarte una bolsita en los genitales y que hicieras pipi.

Toda la noche en el hospital. Al final consiguieron una pequeña muestra y en los resultados diagnosticaron infección urinaria.

Antibiótico  y a esperar los resultados del cultivo que tardarían unos 4 días.

A las 6 de la mañana volvíamos a casa hechos polvo y sin haber dormido.

Con febrectal y antibiótico en menos de veinticuatro horas volvías a estar tan risueña como siempre.
Mamá es la que se puso fatal. Con mocos, fiebre, dolor de oídos y malestar como si me hubieran dado una paliza.

Solo podía tomar paracetamol. Pero con la ayuda de la abuela, de papa y de la tía Marga pude descansar y recuperarme en veinticuatro horas.

Hasta en esto estamos conectadas.

Con los resultados del cultivo fuimos a nuestro pediatra de cabecera y nos comentó que puede que no tuvieras ni infección de orina. Es muy raro en lactantes y muchas veces, las muestras de orina se mezclan con un poquito de heces al coger la muestra y dan un falso positivo. Pero para estar tranquilos y terminar lo empezado, hoy terminados de darte el antibiótico que hemos ido compaginando con un probiótico, y te haremos una nueva analítica de orina y una ecografía la semana que viene. Igual simplemente ha sido un virus. O igual no.

La vuelta al cole ha venido fuerte. Pero nosotras podemos con todo.

Respecto a la casa hemos avanzado pero como te he contado antes, a un paso muy lento. Agosto es complicado para los oficios.

Papá sí que ha estado yendo toda la segunda quincena y se ha montado junto a tu padrino y tu abuelo todo el vestidor, los espejos de los baños y la zona de biblioteca musical y literaria.

Nos faltan las luces  y los últimos coletazos de final de obra.

Limpieza a fondo de toda la casa y la gran mudanza.

Esperemos que en septiembre - octubre podamos terminar por fin.






viernes, 10 de agosto de 2018

Abril en Julio de 2018. Tercer mes.


¡Vaya cambiazo has pegado durante este mes!

Ya pesas 6’050 kg  y mides 59cm  con un perímetro craneal de 40’5cm. Se nota cuando te cogemos de la mini cuna o del suelo. Ya empiezas a pesar.

Has hecho tu primera escapada de fin de semana al fresquito de Nogueruelas aprovechando el fin de semana de nubes de mitad de mes que nos han dado un poco de tregua antes de llegar a agosto con ola de calor en su primera semana.

El día 23 te pusimos tus primeras vacunas. Pobre. Entre mis brazos y con el pecho preparado para succionar y aliviarte el susto y el dolor.  Nunca te había oído llorar así y nunca te había visto con esa cara de “qué está pasando” al notar el primer pinchazo en la pierna. Fueron 3 que contenían 10 vacunas diferentes.

La teta lo cura todo y, pese a que creo que nos dolió a las dos por igual, las 24 horas siguientes aguantamos con febrícula y mimos los efectos secundarios de los bichillos por tu cuerpo.
Te dimos un poco de Apiretal dos veces y devolviste acto seguido toda la leche ingerida. Nunca te había visto devolver. La leche te salía por la boca y nariz. Tú ni te inmutabas pero solo querías brazo y caricias.

Creo que todo esto se te juntó con un estirón de crecimiento y el salto de las transiciones suaves y fluidas de la semana mágica 12.

A partir de ese día empezaste a darte la vuelta y ponerte boca abajo tu sola, a coger perfectamente objetos con tus manitas y a interesarte de manera asombrosa por el movimiento de las hojas de los árboles y las palmeras del paseo diario que hacemos del pueblo a la playa.

Has vivido el eclipse lunar más largo del siglo con luna de sangre. Un mágico paseo nocturno.

El día 1 de agosto a la hora de la siesta y diez minutos después de comentar que no tardarías en reírte a carcajadas, papá te cantó Pin Pon a ritmo de rap y te reíste como si no hubiera un mañana. Tenemos el momento grabado y cada vez que lo revivimos volvemos a reírnos a carcajadas contigo.

Respecto al sueño pues depende del día. En general seguimos espaciando las tomas poco tiempo. El primer sueño es el más largo y suele durar unas 4 horas y después cada dos horas o dos horas y media reclamas un poco de leche.

Hubo un día que dormiste 6 horas seguidas y de lo alucinada que me quedé ya no pude dormir más.
En general ser padres primerizos es eso, preocuparse por el exceso y por la falta. La cuestión es informarse e indagar. Bendito internet, benditos libros y benditas redes sociales de otras mamás que cuentan sus experiencias.

Cada crianza es un mundo pero si juntas unos cuantos pequeños mundos puedes ir sacando patrones que te ayudan a despreocuparte un poco o a estar preparados para los cambios que tienen que llegar.
Porque ahora ya pasas largos ratos paseando sin rechistar, mirándolo todo. Porque parece que, hasta que vuelva el próximo salto y te vuelva a poner la percepción del mundo patas arriba, nos vas a dar una tregua y vamos a disfrutar de los juegos, del gimnasio Montessori hecho por tu abuelo, de los libros de contrastes comprados en la feria del libro de Moncofa, de los libros de tela, de la jirafa Sophie, de tu sonajero de la bebenube, de la manta de Tinny love y de los temazos que te cantamos papá y mamá acompañados del ukelele.

Lástima que tengamos obras delante, detrás, debajo y al lado de casa. A veces las radiales, los picos y las taladradoras se hacen insoportables. Eso sumado al calor que hace en casa y a los días en los que no hemos dormido bien… Ya tengo ganas de notar un poco más de fresco.


Nuestra nueva casa ya casi está.

Hemos puesto la barandilla de la escalera y los cristales de las nuevas ventanas. Lo malo es que no sé cómo los han puesto que están llenos de silicona mal puesta por las juntas.

No acabo de entender el mundo de la construcción en general.

¿No ven que el acabado no está bien? ¿No ven que van a tener que volver a hacer lo hecho?
Al final todos hemos de ser responsables y profesionales en nuestro trabajo e intentar hacerlo lo mejor posible para que el resultado final esté a la altura de las facturas que se demandan...
Pero en el mundo de la construcción y las reformas parece que para algunos trabajadores o hacen el trabajo a desgana, o no saben, o les da igual cómo se quede.

Lo comentas con la gente y siempre la misma frase:
“Cuando te metes en obras…”

Y digo yo… ¿qué pasaría si los médicos hicieran igual? ¿Qué pasaría si los ingenieros diseñaran mal los puentes y las carreteras? ¿Qué pasaría si los maestros no preparáramos nuestras clases y no pensáramos en cada una de las necesidades de los niños que tenemos?

No quiero generalizar porque también hemos tenido profesionales cumplidores, pulcros y con unos resultados excelentes pero está muy generalizado el tema de las chapuzas en el tema inmobiliario y no debería ser así.

Pese a todo ya nos queda poco y, con las pocas opciones de que se trabaje en agosto en mente, esperamos que para finales de septiembre u octubre podamos hacer la mudanza.


Entramos en el último mes en el que podremos estar papá y mamá al 100% cuidándote.








viernes, 13 de julio de 2018

Abril en junio del 2018. Segundo mes.


 Pesas 5’180 kg  y mides 58cm.

Creo que nos hemos acoplado bastante mejor que en el primer mes.

Ya ves que no hace tanto de tu llegada pero la diferencia de soltura en las rutinas es evidente por las dos partes.

Hemos intentado que aceptaras el bibe con leche materna para que mamá pudiera acudir a la cena de fin de curso del Ampa del colegio y a la comida de maestros de antes de vacaciones pero no ha habido manera.

En el primer caso la cena me duró una hora y en el segundo te viniste detrás con papá y tus abuelos paternos al chiringuito de al lado.

El sacaleches lo tengo muriéndose de risa.

Y no será por leche… no hay toma en la que no terminemos empapadas con el chorro (a veces incluso doble) que sale disparado. Menos mal que se inventaron los discos absorbentes y nos sirven de empapadores lácteos.

Ya has dado tus dos primeros saltos. “Las sensaciones cambiantes” de principio de mes en el que empezabas a sonreír  e intuir rostros y “Los patrones” de finales de mes en el que ya sostienes mucho rato la cabecita, te fijas en las caras, sonríes, sigues los sonidos y te encantan las repeticiones de patrones en todo lo que te rodea.

Te encanta decir “agua” y tu hora más activa son las 6-7 de la mañana. Todo son risas y ganas de conversar mientras que mamá, después de haberse despertado cada dos horas para amamantarte por la noche, le encantaría dormir bastante más.

Menos mal que después existe la siesta y ahí recuperamos horas de sueño.

La verdad es que con estos calores es complicado dormir profundamente.

Tu juguete preferido de este mes ha sido una tira con una pelotita, un conejito y un corazón con espejo colgando que te regaló tu abuela materna. Lo tienes cruzado en la mini cuna y lo tocas y lo mueves para escuchar el sonido del cascabel que tiene la pelotita dentro.

Aún te cuesta mantenerlo agarrado pero ya sujetas, por períodos cortos de tiempo, el sonajero que nos llegó con la caja de Bebenube de este mes.

También sonríes mucho con el osito que tienes en el cambiador que te regalaron Gloria y Pedro. Mientras hacemos la limpieza de culete, le tiramos de una cuerdecita de la que cuelga una estrella y suena una caja de música que te encanta.

Mamá ha perdido todo lo que ganó de peso en el embarazo. Incluso ha perdido tres kilos más. Darte el pecho es gastar muchas calorías extras al día y, aunque papá nos prepara nos cuida con una alimentación super completa y no nos privamos de nada, tu demanda de leche es alta y tu succión muy rápida y genero mucha cantidad.

La mejor manera de bajar peso, vamos. Si no fuera porque es tan sacrificado… aun así creo que vale la pena. Simplemente por la calidad del alimento que te estoy ofreciendo, la comodidad de tener tu comida preparada en cualquier momento y lugar y la paz que te transmite el contacto con mami que no te lo da nada más.

Papá ha estado trabajando una semana que era lo que se le quedaba colgando entre el permiso de paternidad y las vacaciones de verano.

La verdad es que alucino con las madres que tienen a sus maridos trabajando y no tienen ayuda de ningún tipo… ¿cómo lo hacen? Criar entre dos es un cambio de vida grande pero se disfruta. Puedes compartir los avances, las tareas, puedes descansar, tener tiempo para ti… sólo de pensar que en septiembre papá vuelve al colegio ya me pongo nerviosa…

Pero bueno, lo que tenga que venir ya vendrá. Ahora disfrutaremos del verano, de los paseos del pueblo a la playa, de estar los tres juntos y de verte como vas descubriendo el mundo que nos rodea.


Respecto a nuestra nueva casa, después de varios meses de problemas, de cambio de albañil, de rehacer lo hecho y de retrasos entre unos y otros, este mes ha empezado a coger ritmo de nuevo.

Ya tenemos la cocina y los baños. Estamos muy contentos porque el diseñador del lavabo de nuestra casa, Fran Canós, amigo de papá, ha ganado el premio Reddot design award 2018  al mejor diseño del 2018 a nivel mundial.


Vamos… que nos lavaremos las manos cada día en un grifo premiado…

Esperemos que el mes que viene ya terminemos todo y podamos empezar a limpiar y a hacer la mudanza.




martes, 12 de junio de 2018

7 años sin Paco Martí


¡Hola papá! ¿O debería decir padre de madre?

Hace justo un año no tenía ni en mente hacerte abuelo. Bueno sinceramente ya sabes que es algo que nunca he querido desesperadamente.

Jorge sí que tenía el instinto paternal más a flor de piel y ya sabes que el verano es muy traicionero… Que te voy  a decir a ti que dos de tus cuatro hijas hemos nacido entre abril y mayo…

Abril. Tu nieta. Un cambio de vida a nivel propio, de pareja, de costumbres y de trabajo.

Una personita que necesita que la protejan, que la cuiden, que la alimenten, que la aseen y que en definitiva la ayudemos a crecer.

Tú tienes experiencia en esto pero para mí, ha sido un cambio de vida grande.

Me he criado viéndoos criar niñas. Es verdad.  Ocho, diez y quince años de diferencia entre hermanas me hicieron triplicar los recuerdos de crecimiento de Marga, violeta e Iris y sinceramente, decidir que yo no tendría hijos o por lo menos, no tantos como vosotros.

Ahora, con el paso del tiempo y con todo lo que nos ha pasado, puede que haya cambiado de opinión y pueda afirmar que tener hermanos es un regalo que solo te pueden dar tus padres.

Porque siempre estamos ahí, aunque nos veamos más, menos, aunque discutamos, aunque les haga una reflexión de “padre” o nos digamos verdades que no nos gusta oír… Aun así, siempre acabamos pensando las unas con las otras y saliendo adelante.

Porque la vida sin ti no es nada fácil. Muchas veces falta ese apoyo que para una adolescente o postadolescente es imprescindible escuchar. Alguien que esté pendiente de ti. Que te lleve el vaso de leche a la cama. Que se espere despierto cuando llegas por la noche. Que sepa cuando tienes esa prueba que tanto te preocupa o que te aconseje sobre qué camino tomar.

Y eso ya no está. Y se nota.

Tus lágrimas al despedirte cuando ya ni las palabras podían surgir de tus labios me transmitieron tantas cosas que siete años después aun siento la energía de hacer caso omiso de las situaciones desfavorables que es están desencadenando y de esperanza de saber que tus cuatro hijas seguiremos adelante pase lo que pase.

No quería contarte cosas tristes porque solo son una pequeña porción de tiempo en nuestro día a día pero se debe reconocer todo para valorar lo positivo.

Volviendo a Abril, es una lástima que no le puedas contar tu historia de cuando te caíste en una balsa, o los cuentos de la calavera Coki o las aventuras de un hueso de aceituna en alta mar o cualquier otro de los cuentos que me contabas cada noche y que incluso de tocaba duplicar o triplicar.

Aún es pequeñita, tiene un mes. Pero el tiempo pasa volando y dentro de nada me la imagino cotilleando todos tus vinilos y cds de la estantería - museo que hicimos con tus colecciones.

En breve nos mudamos de casa. Sabes que aquí hay muchos recuerdos juntos que, aunque en su día sucumbieras a alquilar la casa, en estas paredes siempre quedará la esencia Martí por mucho que se hagan obras inexplicables que duren más que la creación de la sagrada familia.

Porque cualquiera de las hermanas podrá volver a utilizarla como primera vivienda de emancipación y seguir cuidando a San José igual que lo hemos hecho durante todos estos años.

Nos vamos a una casa moderna, terminada a nuestro gusto y muy cerquita del trabajo. Las obras van lentas y puede que aún pasemos el verano aquí, pero después de un bache albañil todo se ha vuelto a encauzar y parece ser que todo ha vuelto a coger ritmo.

El trabajo bien. Este año está siendo un poco extraño. Durante el tercer trimestre no he estado yendo a trabajar y la verdad, echo en falta esa rutina.

Tampoco sé si las palabras son echar en falta. Me gusta ir a trabajar. En el aula y en el despacho cada día es una aventura y, aunque normalmente en el segundo espacio muchas veces lo que te encuentras son problemas que deben ser solucionados, me gustan mucho más los papeles que las lavadoras, las mediaciones que los programas matinales de la tele y el estrés de tener mil cosas que hacer de hoy para ayer que la tranquilidad de estar en casa preocupada de las necesidades básicas de Abril.

Con esto no quiero decir que no me apetezca estar con ella. Es una bolita preciosa que huele genial, que me pasaría (y lo hago) horas y horas mirándola mientras duerme, mama, ríe o llora. Que crece muy rápido y que ha creado un vínculo conmigo que no se puede explicar con palabras.

Pero lo quiero todo.

Y para ello hay que empezar a gestionarse. Nueva organización, prioridades y decisiones para buscar un equilibrio que me haga sentir plena en todos los aspectos de mi vida.

Y es que las hormonas que segregamos las mujeres al dar a luz nos alejan tanto de los hombres…

Creo en la igualdad, pero no en una igualdad física (se ve claramente que hombre y mujer somos diferentes a nivel físico), sino en una igualdad de responsabilidades, de potenciales, de crianza incluso, pero mi consciencia de ser ya no volverá a ser la misma.

Por mucho que me empeñe por querer volver a mi vida anterior y compaginarla con la actual, la oxitocina, la prolactina y sobretodo el apego que se ha creado entre el nuevo ser que se ha gestado de dos células diminutas en mi vientre, que ahora respira, come, llora y crece, me condiciona en toda mi vida actual.

Y los padres querréis igual o más a vuestros hijos o hijas, os desviviréis por ellos, les protegeréis siempre pero, y todo bajo mi humilde opinión, nunca tendréis el nivel hormonal o incuso atómico  o subatómico, me atrevería a decir, que tiene una madre con su bebé.

 El año que viene, cuando te vuelva a escribir, habrá habido tantas anécdotas, momentos, cambios y situaciones nuevas que me da hasta nerviosismo pensarlo.

Te fuiste demasiado pronto de este mundo.

Aún te quedaban demasiadas emociones por vivir.

Déjame al menos contártelas en cartas cada año.

Siempre serás y estarás en nuestras vidas.

Porque pese a toda mi reflexión de madre hormonada que acabo de hacer, has sido mi influencia, mi consejero, mi referente y mi PADRE con mayúsculas.

Y no, no me pariste.


Pero me hiciste.


Besos papá.


Rosa Mari


lunes, 11 de junio de 2018

Abril en mayo del 2018. Primer mes.


31 días de diferencia entre verte y no verte.

Un mes de distancia entre ser dos y tres.

4 semanas de cambios en las que estamos intentados acoplarnos a este nuevo hábitat tuyo y nuestro diferente al que teníamos 744 horas atrás.

Y es que estos 44.640 minutos que hemos vivido juntas me han pasado con una fugaz lentitud de contrastes y altibajos que se me hacen difíciles de explicar con palabras.

Con 3,14kg viniste al mundo y ya pesas 4,14kg.

En 6 días te cayó el cordón umbilical.

15 días después de tu nacimiento mamá cumplió 32 años.

Conoces ya la mayoría de gente que vivirá tu crecimiento y empiezas a diferenciar las caras de los que estamos contigo más tiempo.

Te empanas como mamá mirando contrastes de luz y colores llamativos.

Sueñas con leche. Te encanta abrazar el pecho con tus manitas mientras mamas y ya conocemos tus gestos para comunicar tus necesidades básicas.

Tengo hambre. Quiero eructar. Tengo el pañal sucio. Me siento sola en la minicuna. Estoy cansada y quiero dormir pero he tenido demasiadas emociones nuevas y no lo consigo.

El llanto, los gestos… son diferentes para cada momento.

Nos hemos dado cuenta que es muy importante estar tranquilos, vivir los momentos  con paz, escucharnos y aceptarnos.

Comes muy rápido. No pierdes el tiempo. En 10 minutos de intensa succión te quedas tan satisfecha y a gusto que es imposible no quedarse mirando tu cara de felicidad con los ojos entreabiertos haciendo chiribitas y la sonrisa que te aparece entre movimientos ficticios de succión de un pezón imaginario que te acompaña en sueños en todos tus momentos de relax.

Duermes genial. Creo que mamá duerme incluso más que antes.

No tenemos con quién comparar pero este primer mes nos has puesto las cosas muy fáciles.

Cuando te duermes sobre las 22h, papá y mamá se van a la habitación contigo y aprovechan para acostarse pronto.

Duermes en tu mini cuna hasta las 12-1 de la mañana y reclamas tu primera toma de la noche. Mamas rápido y, después de un eructo que sale enseguida y un poco de contacto con mami, te dejamos con suavidad en la mini cuna de nuevo y sigues durmiendo.

Así seguimos con la toma de las 3 y despertamos con la toma de las 6. Esta última la hacemos ya con el canto de los pájaros y el amanecer del nuevo día.

Papá muchas veces ya ha dormido sus horas y como normalmente ya te cuesta un poco más volverte a dormir, te pasea paseo arriba y abajo hasta que vuelves a caer rendida y aguantas hasta las 9-10 de la mañana que ya, depende de cómo haya ido la noche mamá te da alimento y se levanta o duerme un rato más contigo.

Esperamos que este segundo mes que empezamos vayamos creciendo juntos los tres. Papá tendrá que ir  a trabajar pero tenemos la suerte de que solo serán unos días y empalmaremos con las vacaciones de verano y podremos estar juntos los tres hasta tus 4 meses.

No te puedes quejar de las comidas que nos prepara, de lo bien que te ducha, de lo rápido que ha aprendido a cambiar pañales y sobre todo de las canciones que preparamos en directo.

Porque tener un maestro de música en casa es tener un cancionero muy amplio para elegir.

Porque tener la suerte de ser una triada perfecta durante tanto tiempo es la mejor casualidad de que quisieras empezar a ser a finales del verano pasado sin esperarte demasiado.

Seguimos descubriendo y creciendo.

Te queremos.