martes, 23 de abril de 2013

Sant Jordi


Cuenta la leyenda que un apuesto joven salvó a una bella princesa de ser devorada por un dragón que tenía aterrorizada a toda la población.


No existen dragones que derraman sangre convertida en rosas rojas al ser vencidos.


Lo que de verdad existe es gente enamorada que se preocupa por darte lo mejor de si misma.


Parejas que vencen distancias, problemas, preocupaciones y prejuicios.


Porque el amor lo puede todo. Acortar kilómetros, parar el tiempo, cegar, eclipsar, hacer que cualquier tontería suene y sea perfecta y hacernos surgir del más hondo de los pozos sin darnos cuenta.




Hoy es un día especial para tres personas. Dos cumpleaños y un santo.


Os quiero.


Por todo lo que me ofrecéis, me aportáis, me queréis y me hacéis ser.


Porque cada uno de vosotros a vuestra manera, me hacéis sentir afortunada, feliz, completa y arropada pese a todo lo que nos ha pasado.


Cuando estamos juntos cualquier plan es perfecto.


Pese a que a que los cumpleaños y los santos nunca serán lo mismo, no sería quién soy hoy si no os hubiera conocido.


Y aunque la leyenda fuera verdad y en un futuro los dragones me encontraran, no tengo miedo, siempre habrá un príncipe mago , una katana cantante y unas buenas zapatillas Adidas para salvarme.












martes, 16 de abril de 2013

Números perdidos


Ayer me llamaron por teléfono.

No tengo identificador de llamadas en el fijo así que normalmente lo cojo.
Se oyó la voz de una mujer mayor.
  • ¿Vicentica?
  • Aquí no vive ninguna Vicentica, se ha equivocado señora.
  • ¿Cómo? ¡Ah! Perdona...
Al momento vuelve a sonar.
  • ¿Vicentica?
  • Se ha vuelto a equivocar.
  • ¡Pero si estoy llamando a mi hija! Su número es este.
  • No sé señora, pero este número es el mio y no soy su hija.
  • ¿Y tu quién eres?
  • Yo Rosa.
  • ¿Rosa que más, de quién eres? ¿Vives en la playa de Moncofa?
  • Vivo en el pueblo pero desde hace poco.
  • ¡Ah! eres forastera... no tienes nombre de rumana...
  • Soy de Almenara, mi padre era de aquí.
  • Ahhh ¿quién era tu padre?
  • Señora tengo un poco de prisa...
  • ¡Ah! ya sé lo que ha pasado. He llamado al número antiguo de mi hija que ahora se ha divorciado y se ha ido a vivir con un “amigo” ya sabes... tu me entiendes... como lo decís ahora la juventud. Y le han cambiado el número.
  • Pues debe ser eso.
  • Te han dado el número de mi Vicentica. Ais hija, ¿te das cuenta? No tardan nada en dar los números estos de telefónica...
  • Ahora se llama Movistar...
  • A mi me preocupa. ¿Cuando yo muera a quién le darán mi número? Seguro que a algún forastero... Con las veces que yo he dado este número, las veces que lo he escrito, que lo he dicho... Antes de enterrarme ya será de otro.
  • Señora tengo que colgar...
  • Aiss perdona hija, es que los jóvenes no lo entendéis, con esto del móvil se ha perdido el valor de la identidad del número fijo, la guía de teléfonos y la magia de las conversaciones por el auricular. Todos vais acelerados.
  • Siento que me hayan dado el número de su hija pero tengo prisa.
  • ¿Ves?, ni cinco minutos para escucharme. Una lástima. Ahora que lo tengo gratis por tener el ordenador de mi nieta en casa, no se con quién hablar.
  • Seguro que tiene amigas... Un placer hablar con usted.
  • Cuidate hija.     
pipipi...pipipi...pipipi...