martes, 12 de marzo de 2013

Magia


Y después de tres años el cabrón me dice que necesita tiempo. ¿Se puede saber qué clase de tiempo necesita?

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  • Escoge una carta.
  • ¿La que quiera?
  • Sí, escoge la que más rabia te dé.
  • Esta.
  • Bien, mírala. No te olvides de ella.
  • Vale.

Barajó. Y de repente hizo una mueca con la boca… poco a poco se fue sacando una carta dobladita de entre los labios…

  • Ábrela.
  • ¡Está toda babosa!
  • ¡Anda tonta! ¡Ábrela!



Te quiero. Ponía.

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Y tres años después de ese te quiero me dice que necesita tiempo.

Pero yo sé por qué es… lo sé muy bien…

Porque soy demasiado buena, porque le he malcriado, he soñado un futuro con él y he pensado que era el hombre de mi vida.

Porque lo sigo pensando.

Y sé que él se ha ido con una pelandrusca que le dijo que quería follárselo en los baños de una discoteca, que le trata como a una basura, que no quiere ni en pintura una relación seria y que le ha dicho a la cara que nunca será el hombre de su vida.

Pero ellos prefieren a las malas.

Ha olvidado que en una relación hace falta la magia y que la magia es efímera, como la vida…

Puede que su truco nunca se vuelva a repetir…

Y puede que cuando se de cuenta sea demasiado tarde para los dos.
 
 
 
 

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