jueves, 27 de diciembre de 2012

Fantasía


Me escribía relatos eróticos todas las noches.

No se lo había pedido.

Pero me gustaba.

Nunca avisaba.

Cada día me hacía partícipe de una de sus perversas fantasías.

No opiné.

Sabía que soñaba conmigo.

Me imaginaba desnuda, disfrazada, sumisa, dominante, perversa e infantil.

Nadie lo supo nunca.

Lo negaré siempre.



La fantasía de la historia que nunca tendrá.

El anhelo de aquello que nunca probará.

El vicio de las palabras que se perderán.




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