lunes, 29 de octubre de 2012

29 de Octubre

Cualquier día, cualquier acontecimiento, por decisivo o insignificante que sea, nos puede hacer recordar.
Cualquier persona, cualquier objeto, situación u olor, nos puede devolver un recuerdo que creíamos archivado.

Somos lo que hemos vivido. No lo olvidemos.

Hoy he recordado que hace justo un año viví el PSM FESTIVAL.

Vivir un momento increíble a consecuencia de una muerte horrible.

Cuantas incoherencias tiene nuestro camino ¿verdad?

Te paras a pensar, y te das cuenta de lo diferente que puede llegar a ser cada 29 de octubre de tu existencia.

Hace dos años, tenía un padre, un novio, y una vesícula.

El año pasado perdí a mi padre, a mi novio y seguía teniendo vesícula.

Hoy estoy de baja por haberme quitado la vesícula y ha nacido una niña.

El año que viene, quién sabrá.

Puede que me enamore de un escritor, de un hombre de negocios, del mejor amigo de mi novio, de un músico, de un maestro o de un pintor.
 O que no me enamore.

Puede que viaje en un descapotable negro, en tren, en barco, en bicicleta o en avión.
O que no viaje.

Puede que me corte el pelo, que empiece a llevar pantalones, que me deje de gustar el sashimi y que no me maquille más... Bueno estas cuatro cosas son bastante improbable que ocurran.

Nadie sabe que pasará el 29 de octubre de 2013. Pero si todo va bien, será el primer cumpleaños de la niña que ha nacido hoy a las 4 de la madrugada gracias al amor de dos grandes amigos de Pedro que siempre tendrán cada 29 de octubre, un cumpleaños que celebrar.


Ser feliz con lo que me rodee es lo más bonito que puedo esperar.

El año que viene más.




miércoles, 10 de octubre de 2012

Baños

Miles y miles de burbujas.
Cientos y cientos de chiquitinas bambollitas que se pegan a mi cuerpo y me envuelven.

Me encanta bañarme.
Reconozco que la ducha es mucho más práctica. Aún así, no cambiaría mi bañera por nada.

Me encanta la espuma.
Siempre tengo un champú barato en el baño que utilizo para echar unas gotitas mientras medio lleno (no creáis que derrocho agua) la bañera.

Apago las luces y enciendo unas cuantas velas.

Solo con eso el momento del baño ya se vuelve especial.

Me gusta el agua caliente, muy caliente.
Debo ser un poco masoca pero llega un momento que incluso me quema.
Zambullirse en agua caliente con una capa de espuma blanca es increíble.

Ya no existe más mundo.
La luz tenue de las velas crea un ambiente amarillento y parpadeante que se difumina con el vapor del agua que va empañando el espejo.

Me encantaría bañarme contigo.

Podría estar horas y horas con los ojos cerrados envuelta en ese líquido espumoso al que llamamos agua.

Lástima que se enfríe.

Cuando los dedos están arrugaditos, los poros totalmente dilatados y mi mente completamente relajada, salgo.

Tengo una alfombra visco elástica. Es una gozada pisar sobre ella. Me seco un poco.

Me gusta embadurnarme con aceite con olor a frambuesas y champán nada más salir.

En el baño se mezclan un montón de aromas deliciosos dignos de los mejores spas.

Mi cuerpo absorbe el aceite. Me seco bien.

Es una lástima que no haya tiempo para darse un baño así todos los días.

Es una pena que ya no lo podamos compartir.

Es una mierda que ya no estés aquí.






miércoles, 3 de octubre de 2012

Recaídas

  • ¿Te has enfadado?


  • ¿No me vas a contestar?

  • No estoy enfadado. ¿qué pasa?

  • Nada, no pasa nada. Solo que llevo toda la semana mandándote whatsapps y no me has contestado a ninguno.

  • No me apetecía.

  • ¿Y eso? 
     
  • ¿Siempre tengo que estar dispuesto a querer hablar contigo?

  • No… pero me apetecía saber de ti…

  • Bueno pues ya sabes que estoy bien y que no me he enfadado. No te preocupes.

  • Te echo de menos…

  • ¡¿qué dices?! ¿Tú me echas de menos a mí?

  • Sí…

  • ¿Por qué?

  • Porque desde que estuve contigo aquel día no he vuelto a correrme con nadie.

  • ¡No me lo creo! ¿A que vienes con esto ahora? ¡Ya me había olvidado de ti!

  • Lo siento pero necesitaba contártelo. Me gustaría volver a verte.

  • Ya te dije que no quiero ser tu follamigo.

  • Ya lo sé, no quiero que lo seas.

  • ¿Entonces qué quieres?

  • Quiero volver a salir contigo, cenar, beber, hablar, reírnos, emborracharnos, acostarnos…

  • No puedo acostarme contigo, ya lo sabes…

  • Pero… ¿por qué?

  • Porque me gustas, porque sé que me vas a hacer daño y porque… ¡No me puedo creer que sea tu mejor polvo en estos meses!

  • Estuve genial contigo, y tu lo sabes, disfrutaste (espero) tanto como yo y, solo quería que lo supieras. 
     
  • Gracias pero no puede ser…

  • Las personas pueden llegar a quererse por sus acciones ¿sabes? La atracción no lo es todo pero es un primer paso y, lo demás, va surgiendo poco a poco sin que te des cuenta.

  • Dicho así suena perfecto listilla, sabes tocarme la fibra sensible y eso me gusta y al mismo tiempo lo odio en ti. Pero sabes que de igual manera, no siempre esas acciones dan el fruto esperado por las dos partes y en este caso, sé que yo saldría perdiendo.

  • No sabes lo que yo siento por ti, no me has dejado demostrarte nada. Simplemente huiste y te encerraste en ti mismo.

  • Tú no quieres estar conmigo. Lo sé.

  • ¿Me lo has preguntado?

  • No…

  • Pues entonces ¿por qué das las cosas por supuestas? Quiero empezar a vivir cosas contigo. Me gustas. 
     
  • Pero no me quieres…

  • No te quiero, no. ¿Acaso crees que es tan fácil querer a alguien? Esto va poco a poco. Necesito acciones, momentos contigo, volver a reírnos, a hablar, a salir, acostarnos… ¡justo lo que te he dicho antes!

  • Tía… no sé.

  • ¡Mira que eres complicado chico! 
     
  • Ais.… me has pillado por sorpresa…

  • Bueno piénsalo. Dime algo esta semana y si después de pensarlo decides verme, quedamos el sábado.

  • Vale…

  • Y sólo un último apunte… me he comprado un conjunto de lencería que sería una lástima que se quedara guardado en el cajón…

  • ¡Tía!

  • Jijijii, espero noticias tuyas en breve. Mua!