lunes, 28 de mayo de 2012

Cócteles


Sorbió el último trago de su Dry Martini.
Fijó su mirada en mis tacones.
Tomó una aceituna y la chupó.

A veces, los pequeños detalles, hacen que la vida se convierta en un inmenso placer.

Sorbí el último trago de mi Cosmopolitan.
Fijé mi mirada en los labios de mi acompañante.
Tomé mi guinda y la chupé.

A veces, la buena vida, simplemente son pequeños placeres conexos por azar.



martes, 22 de mayo de 2012

Ostras

Nunca había comido ostras. No me llamaban la atención. Y eso que yo soy mucho de pescado crudo y tal...  pero ostras, así abiertas delante de mi, acompañadas de un buen vinito blanco, fresquito, para paliar el calor de estos días, nunca había probado.

No voy a decir que haya sido el descubrimiento de mi vida, ni que va a desbancar al sashimi de salmón como mi comida favorita, pero reconozco que las ostras tienen un puntito erótico que no me ha dejado indiferente.

Ya solo el hecho del proceso,me parece evocador.

Esa concha rugosa, cerrada, sin ningún tipo de atractivo que cuando la abren, deja al descubierto el blanco impoluto, fino y brillante; es una acción digna de ser observada. Pero cuando ya pasas a degustar el molusco tan esponjoso, gelatinoso, enorme, que intenta escaparse de tus cubiertos para no ser devorado; pasamos al segundo placer que nos ofrece este manjar. Nos recuerda que la belleza está en el interior y que, a veces el esfuerzo técnico, económico o el mirar más allá de lo externo, puede llevarnos a degustar nuevas experiencias que hacen que nuestras vidas sean diferentes día a día.

Las ostras saben a mar. Me recuerdan a los días de verano en los que las olas me tumbaban y, sin querer, ese agua salada, se impregnaba en mis papilas gustativas.
Esa sensación pero sin calor agobiante, sin picaduras de medusas y sin quemaduras de sol es una de las mejores maneras de sentir el mar.

Pese a todo esto, finalmente, lo que importa de las otras es la compañía.
Una buena conversación mojada de vino y ostras, es uno de los nuevos placeres que acabo de descubrir y, como buena consumidora del placer que soy, no voy a tardar mucho en volver a empaparme de ello.

Ya tengo otra excusa para escaparme a Madrid.


viernes, 18 de mayo de 2012

Yo


Dices que soy muy joven, que soy muy indie y que soy muy creída.
Dices que me gusta que me miren, que me encanta provocar y que la edad lo cura todo.
Dices que me ilusionan cosas sin importancia, que tengo una sonrisa preciosa, y que puedo resultar tan fraternal y sexual a la vez que resulto desconcertante.
Dices que nunca conociste a alguien así y que vivo en un mundo con canciones sacadas de un manual de libro.
Dices, dices, y dices... pero en el fondo te encanta que sea joven, indie y creída. Te encanta mirarme y que te provoque. Que me ilusione por chorradas y verme sonreír a todas horas.
Te encanta ese toque de inexperiencia que tengo y que yo te negué.

Por eso pasas horas y horas mirándome. Porque en verdad te hago sentir bien.





lunes, 14 de mayo de 2012

365 días sin Pedro San Martín


Hola amor,

Hace un año que no sé nada de ti. Espero que no te pase lo mismo y andes riéndote de todas las cosas extrañas, divertidas, sorprendentes y también dolorosas que me han pasado en tu ausencia.

Hace un año que te dejé de escribir, la verdad es que echo mucho de menos hacerlo, y escuchar tu voz, y llamarte por teléfono y no poder haber descubierto el WhatsApp contigo… ¿te imaginas? Seguro que lo haríamos chas!

Así que creé este blog para no dejar de hacerlo y cumplir la promesa que te hice de exprimirme la cabecita de vez en cuando para plasmar todo lo que ocurre a mi alrededor.

Echo de menos ir a conciertos y festivales contigo y ser siempre yo la que tenía que irse antes, agotada, a dormir.
Echo de menos que me hagas tus champiñones especiales, los cócteles maravillosos, que me des masajes en los pies o hacerte la limpieza facial nocturna.
Echo de menos tantas cosas que no terminaría nunca de recordártelo.


Mucha gente te echa de menos. Te recordamos a todas horas, todo el mundo que te conoció tiene alguna anécdota que cuenta con una sonrisa de oreja a oreja.
Y es que no dejaste indiferente a nadie.

Organizamos un festival con tu nombre. ¿Te lo puedes llegar a creer? PSM FESTIVAL. Fue super bonito. Incluso tu amigos de AMA hicieron una canción en tu nombre. “Pedro I el grande” ¡Vaya lujo! Y que precioso momento… Espero que lo disfrutaras desde donde estés.
Pronto saldrá un cd en Rockdelux de todo aquello. Ya te lo pasaré y lo escuchas con mi padre. Seguro que estáis teniendo unas conversaciones de música increíbles. Cuéntale de mi parte que me voy a poner una estantería de 4 metros en mi nueva casa con toda la música que me habéis dejado. A ver si así me llega algo de todas las tertulias sonoras que tenéis ahí arriba.


No he parado. He seguido viendo mundo como teníamos planeado. Me ha tocado cambiar los hoteles de 4 estrellas por el hotel más barato de Booking (siempre con más de 7 de puntuación como norma) pero he estado en Lisboa, Oporto, Malta, Bruselas, Bristol, Oxford y Sicília con gente con la que he podido congeniar bien con la maleta a cuestas.


He seguido viendo a tus amigos, siempre quisiste que también lo fueran para mí y lo conseguiste. Cada vez que les visito nos montamos una de esas comidas que tú bien sabes que terminan a las tantas de la madrugada con un buen txuletón con patatas.
Uno de ellos se va a Shangai, ¡por fin visitaré China! ¡Prometo tomarme el mejor pato laqueado a tu salud!. Así y todo, y aunque seguro que le irá genial, se le echará de menos por la piel de toro.


Es increíble que hayan pasado 365 días desde la noche que me mandaste tu último sms.


Se nos quedó pendiente celebrar mi 25 cumpleaños en el Villamagna (vaya sorpresa me tenías preparada… me lo contó la de las reservas de Booking) o arrasar en el Primark (eso lo hago mes sí mes también ).


Ahora voy a por los 26. Los 25 no han sido fáciles pero no me siento desgraciada por todo lo ocurrido.


Sé que me has transmitido todas tus ganas de comerte el mundo que no pudiste usar y que, seguro que andas en un rinconcito de mi bolso cotilleando todo lo que voy descubriendo.
Así que tranquilo, prometo darte muchísimas alegrías para estos nuevos 365 días que van a ir acumulándose sin ti y, espero que el año que viene, tenga tantas cosas que contarte que me hagas llorar de alegría al ver que todo lo que me quede por vivir siempre estará empapado de lo que me enseñaste, me aportaste y me quisiste.


Siempre estarás en mi.


                                                                                                                365 días sin ti.

martes, 8 de mayo de 2012

Follamigo

-         ¿Cómo puede ser que ya no te guste?
-         No es que no me gustes, es que no puede ser.
-         Pero ¿por qué?
-         Por ti, por mí, por las circunstáncias, la distancia…
-         Pero si no te estoy pidiendo que te cases conmigo, te estoy diciendo que me apetece follarte.
-         Joder, que fina me has salido…
-         Es la verdad, para un polvo no hace falta darle tantas vueltas a todo. A no ser, que sea verdad, y ya no te guste.
-         Que sí me gustas, pero mejor que seamos amigos.
-         ¿Tu te estás oyendo? ¿Qué no te gustó la última vez?
-         Buff, claro que me gustó, pero todas las cosas que me están pasando, los problemas…
-         Te vuelvo a repetir que sólo me apetecía un revolcón.
-         Lo siento.
-         No lo sientas, no importa, tu te lo pierdes.
-         Ahora me siento mal…
-         No me vengas ahora con que te sientes mal que peor me siento yo al decirme que te gusto, nos acostamos y al mes vienes con esto.
-         No tiene nada que ver contigo.
-         Pues yo pensaba que no te había gustado la mamada.
-         Seguimos con la finura… y no. El sexo oral genial.
-         Bueno ves, para hablar fino ya te tengo a ti.
-         Es que eres una suelta…
-         ¡Y tu un reprimido!
-         ¡Eh! No te pases.
-         No me paso, no te estaba pidiendo la luna y si de verdad disfrutaste la otra vez y aún te sigo gustando, no sé que tiene de malo “que nos acostemos”.
-         Para…
-         Vale, pero no sé si podremos ser amigos.
-         Pero ¿por qué? ¿vas a dejar de hablarme porque no me acuesto contigo?
-         Pues puede.
-         Estás como una col.
-         Tal vez, pero a los amigos se les escucha y se les ayuda. Puede que yo necesitara desahogarme y tu no me estás apoyando nada.
-         Yo no quiero ser tu “follamigo”.
-         Ni yo quiero que lo seas.
-         Pues a mi me parece que es lo que me estás pidiendo.
-         Déjalo. Sabes que no me resultará difícil llevarme a otro a la cama.
-         Bueno, no te enfades conmigo, no me gustaría dejar de ser tu amigo.
-         La amistad es cosa de dos. Ya veremos.
-         Vale, no voy a insistir más.
-         Lo pensaré. Lo prometo.
-         Gracias.


miércoles, 2 de mayo de 2012

Las reglas del juego


Vamos a pensar en un juego. Uno muy conocido. Hay muchas maneras de jugar, pero siempre buscamos un mismo fin. Ganar.

Ayer me desperté con el ruido de una taladradora en frente de mi piso. Están poniendo los conductos de gas natural y no se que es peor, si pasar frío o no poder dormir.

Me despertó ese asqueroso ruido justo en el momento en el que iba a ganar. No recuerdo si lo hice o no, pero la cara de mi contrincante la recuerdo muy bien.


Pese a ganar, ayer me dejaron. Se me dan muy bien los juegos pero ya sabéis lo que dice el refrán “afortunada en el juego... desafortunada en amores” y así es.


Ganar un juego donde las reglas se establecen antes de empezar es relativamente fácil con un poco de astucia.


No perder en una relación en la que se han infringido u olvidado las reglas establecidas no lo es tanto.



 

                                                         ............................................................


  • Tira los dados.
  • ¿Cómo que tire los dados, qué dices?
  • Los de tu vida, cielo.
  • No hay dados en mi vida. ¡No hay reglas! ¿No ves que todo me pasa a mi?
  • Que te hayan dejado una vez no quiere decir que siempre te vayan a dejar...
  • Ya, si no digo yo que no... pero ves! A ti nunca te dejan.
  • Bueno... será que yo tengo mejores reglas que tu para ligar.
  • ¡Que dices! ¿Qué reglas? Si tu eres de aquí te pillo aquí te mato sábado sí sábado también.
  • Pues eso, piénsalo un poco. Sólo tienes que poner las reglas. Si no las cumplen...puerta!
  • No cambiaras nunca.
  • Al menos no he perdido la partida.