miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Alejo de día o Fotogénico de noche?


¿No os ha pasado nunca que os encontráis en la situación de no saber elegir?

Cuando todas las opciones te aportan algo y te atraen, es imposible dejar alguna de ellas al margen.

Nos encontramos ante el mayor de los dolores de cabeza que solemos tener (mientras no vengan otros más gordos) : El decidir qué camino tomar.

A veces la vida elige por ti, pero suelen ser malas elecciones y muy contadas.

En la mayoría de los casos hay que decidirse y arriesgar.

No hay que tenerle miedo al futuro. Mientras las cosas las hagas bien y con cabeza, todo lo que esté en tus manos irá avanzando hacia un futuro incierto elegido por ti.

A mi me pasa ahora, que por el día elijo un destino y por la noche otro. Aunque parezca una tontería, por la noche no me deja dormir y por el día no me deja despertarme.

Lo más increíble es, que es proporcionalmente contrario lo que me aporta el día para dormir de noche a lo que me aporta la noche para despertarme de día.

Vamos, que el día me aporta sol, luz, muchas risas, me escucha y me comprende. Sabe lo que es enseñar pero también hay que reconocer que me aguanta y tiene ganas de aprender.

Pero luego vamos a la noche y las luces se atenúan, se encienden las velas y salen a relucir todos los encantos prohibidos.

Masajes, baños espumosos, miradas y mucha, mucha sensualidad.

Seda, encaje, satén, plumas, tacones, ligueros, medias, guantes, antifaces, corsés...

Todo se entrelaza para llevarme al estado de placer máximo en una cama de 2x2 envueltas con sábanas brillantes y suaves que me envuelven el cuerpo.

Noche y día, día y noche, amante y pareja, pareja y amante.

No me decido.

Ante la duda de no saber qué elegir, la certeza de disfrutar de las 24 horas del día.






                                                   ¡Que la vida son cuatro días!

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