miércoles, 18 de enero de 2012

Historias que pueden ocurrir en un patio de manzanas



Se sentó a mirar por la ventana. No tenía nada que hacer. Se había quedado sola después de que la dejara su pareja.
Pasaba horas y horas viendo a sus vecinos hacer sus vidas. Un día decidió ponerse unos bonitos tacones y bajar de su escondrijo a ver la luz del sol.
Y todo empezó allí, en el patio de su casa.
Simplemente se dio cuenta de que una nueva vida le esperaba.
Estaba triste, pero tenía unas ganas inmensas de comerse el mundo.
Y, ¿ por qué no empezar por conocer a sus vecinos de verdad?
¡Uy!, el del segundo...mmm.
Puede que la felicidad esté más cerca de lo que me pensaba.




1 comentario:

  1. La Felicidad (así con mayusculas), querida Miss Rous Meri, la tenemos siempre en la punta de la nariz ;)

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